Hace 55 años en el Fórum de Inglewood Rubén “Púas” Olivares noqueó a Lionel Rose y se tituló campeón mundial del peso gallo.

El 22 de agosto de 1969, en el emblemático Fórum de Inglewood, Rubén “Púas” Olivares se consagró campeón mundial del peso gallo, al derrotar al australiano Lionel Rose con un contundente nocaut en el quinto asalto. Esta victoria no solo significó un hito en su carrera, sino también un gran momento para el boxeo mexicano.

Olivares, conocido por su poder noqueador, llegó a este combate como favorito indiscutible tras acumular 52 victorias por nocaut y un empate a lo largo de una trayectoria impresionante. Por su parte, Lionel Rose había ganado el cinturón mundial bantamweight al vencer al legendario Masahiko Harada en Japón y lo había defendido con éxito en una controversial pelea contra Jesús «Chucho» Castillo, que desató la furia de los fanáticos en el Fórum.

La pelea

Durante la pelea contra Olivares, Rose mostró valentía, pero la supremacía del mexicano fue evidente. Con su fuerza avasalladora, Olivares derribó a Rose dos veces en el quinto asalto, obligando a detener el combate y devolviendo el título gallo a México, tierra que ya había saboreado triunfos con leyendas como Manuel Ortiz y el “Ratón” Macías.

Como campeón, Olivares se mantuvo muy activo, defendiendo su título en múltiples ocasiones. Aunque perdió la corona ante Chucho Castillo, logró recuperarla, solo para cederla finalmente a Rafael Herrera en 1972. Además, Olivares conquistó el título mundial pluma dos veces; primero al noquear a Bobby Chacón, y luego al japonés Sensuke Utagawa, antes de perderlo frente a Alexis Argüello y posteriormente ante David Kotey.

Legado de Olivares

La carrera de Olivares se extendió hasta 1988 cuando se retiró tras una derrota por nocaut ante Ignacio Madrid. Sin embargo, el legado de Rubén «Púas» Olivares trasciende el tiempo, siendo considerado una de las mayores leyendas del boxeo mexicano y uno de los mejores peleadores latinos de todos los tiempos. Su impacto en el mundo del pugilismo sigue vivo, inspirando a generaciones futuras.

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