Dad al César lo que es del César…
Por: David Villegas
Pensando cómo hijo y también como padre, siento que a veces nos excedemos «todos» en críticas contra los descendientes de la leyenda, olvidando que ser hijo de boxeador no es garantía de nacer con guantes, ni los hijos de abogados obligatoriamente serán juristas.
A estos jóvenes forzosamente su glorioso apellido y la vida los han obligado a incursionar en un deporte para el cual nacieron sin condiciones ni instinto. Muchos dirán pero el mayor ya es millonario gracias a boxear. Yo respondería se hizo millonario gracias al boxeo ya que si no fuese hijo de quién es, posiblemente hoy sería un ciudadano común, o un ilustre desconocido.
Chávez como padre hace lo que harías tú o yo, brinda apoyo y confía en sus muchachos, sufriendo mil veces más que cualquiera de nosotros los desaciertos de sus hijos.
Estos jóvenes crecieron en abundancia, no olvidemos que su padre fue uno de los campeones más cotizados de los noventa, incluso en su prime ocupó el lugar número uno libra por libra.
Es sumamente complicado triunfar en un deporte tan sufrido, sin haber conocido el hambre, si revisamos biografías de grandes estrellas, en la mayoría de ellas encontraremos que se dedicaron al boxeo para salir de la miseria y para muchos de ellos, su primera importante inversión, fue una casa para su madre…
Si echamos un vistazo a la historia, los hijos de boxeadores exitosos que se dedicaron al boxeo, en su absoluta mayoría fracasaron, mientras hijos de boxeadores regulares y de escasos recursos económicos, alcanzaron logros interesantes, caso (Eder Jofre) para mencionar alguno.