Rey Vargas retuvo ante Óscar “Jaguar” Negrete
El púgil mexicano Rey Vargas mantuvo su corona del peso pluma junior (supergallo), versión Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al vencer por decisión unánime al aspirante, el colombiano Oscar Negrete.
Vargas, con una significativa ventaja de altura y alcance, superó los cortes que sufrió en las cejas de ambos ojos y siempre estuvo en control de la pelea que se disputó a 12 asaltos, en el Madison Square Garden.
Los tres jueces encargados de la pelea no tuvieron ningún problema a la hora de ver también la superioridad de Vargas, de 26 años, que recibió unas cartulinas favorables de 120-108, 119-109 y 119-109, respectivamente, cuando se escuchó el veredicto final.
A pesar de los cortes que Vargas sufrió en las cejas de ambos ojos, dominó de principio a fin la pelea, como lo demostraron las estadísticas que lo dejaron con 790 golpes lanzados y 254 alcanzaron el cuerpo y la cara de Negrete para un 32 por ciento de eficacia.
Mientras que el púgil colombiano, de 30 años, lanzó 604 golpes y 109 le llegaron al campeón mexicano, que al margen de los cortes en la cara, nunca se le vio mermado en su poder físico.
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Vargas, que mantuvo su marca de invicto (31-0, 22 KOs), aprovechó al máximo ser mucho más alto que Negrete y constantemente lo castigo con el directo para luego meterle combinaciones seguidas de manos.
Mientras que el púgil colombiano (17-1, 7 nocáuts), que perdió el invicto, buscó la manera de superar el directo de Vargas para poderle entrar en su guardia y hacerle daño, sin que al final la estrategia le resultase.
Negrete, quien subió del peso gallo por la oportunidad de título, tuvo cierto éxito, pero la diferencia de altura de al menos 7 centímetros, provocó que púgil colombiano golpeara a Vargas algunas veces de manera dudosa, lo que provocó que el campeón mundial se quejase, sin éxito, al árbitro de la pelea, Ricky González.
Mientras que Vargas continuamente lanzaba ganchos de izquierda al cuerpo y la cabeza, sin que Negrete tuviese opción de golpearlo y la pelea se le complicase, al no poder superar su envergadura.
Vargas, entrenado por el miembro del Salón de la fama, el mexicano Nacho Beristain, sufrió un corte grande sobre el ojo izquierdo por otro cabezazo accidental en el octavo asalto, y González pidió tiempo para que el médico examinara la herida.
Pero hizo poco para disuadir a Vargas que dejase la pelea, mientras seguía golpeando y deteniendo al agresivo Negrete.
Al concluir el combate el propio Vargas reconoció que el rival no se prestó a hacer un boxeo limpio, sino todo lo contrario, presentó todas las «artimañas» de cara a contrarrestar la menor envergadura frente a Vargas.
«Se mostró como un púgil muy sucio», destacó Vargas. «Fue realmente difícil encontrar mi ritmo en las primeras dos rondas. No es un peleador muy bueno, pero lucha todo el tiempo y utiliza lo que tiene a su alcance para apoyarse».
Aunque esta vez no le sirvió al púgil colombiano porque el mejor boxeo y la potencia de los golpes estuvo siempre más definida en el campeón mexicano.